Como educador canino, me gusta empezar a acostumbrar al cachorro a la correa desde que el pequeño llega a casa, para habituarle de forma gradual. Comienzo poniéndole la correa al cachorro por casa, bajo mi supervisión. Simplemente se la pongo y le dejo que se mueva libremente por las habitaciones, con la correa puesta pero sin sujetarla. Es importante hacerlo bajo supervisión, para que, en caso de que se enganchara con algún mueble, podamos desengancharle de inmediato.
Al principio estará algo extrañado por aquello que le cuelga y persigue a todas partes, pero al ver que no le impide sus movimientos, terminará por ignorarlo.Cuando ya tiene edad suficiente para salir a la calle, el paso más importante ya está dado. Pero como ahora nosotros sujetamos la correa, surge una sorpresa: algo le impide avanzar libremente. Surgen los tirones.
Para que el perro no asocie el estímulo negativo del tirón a nosotros, es recomendable usar correas de unos 2m de largo. A partir de esta distancia ya no los relacionará. ¿Pero qué tenemos que hacer para que el perro no vaya tirando?
Bien, le sacaremos a pasear llevado de esta correa de 2m. Cada vez que aparezca tensión en la correa porque se adelante demasiado o de un giro lateral brusco, nos detendremos en seco. El perro tendrá un momento de desconcierto y comenzará a probar cosas: tirar más, ir hacia otro lado, saltar,... también nos mirará como preguntando "¿qué pasa, no seguimos?" y vendrá hacia nosotros para reclamarlo. Es el momento de seguir andando.
Repetiremos esta acción todas las veces que notemos tensión en la correa. Sin excepción, nos paramos, esperamos a que venga hacia nosotros, e inmediatamente seguimos andando.
Durante todo este tiempo ¡no decimos nada! Ni cuando nuestro perro tira, ni cuando se acerca a nosotros y reemprendemos el camino. En la constancia está la efectividad. No cedáis ni cuando vuestro perrito tire de emoción al ver a otro perro. Lógico, quiere saludarle. No se lo vamos a prohibir. Pero lo deberá hacer llegando a él sin tirar de la correa. Y ahora es cuando diréis:
"Vale, voy andando con mi perro. Otro viene de frente. Mi perro empieza a tirar. Yo hago lo que me dices. Pero mi perro está tan atento del otro, que pasa de mí, no viene hacia mí para que podamos avanzar. Y mientras, el otro se acerca. ¿Qué hago?"
Pues en este caso, si nos quedamos parados sin más, nuestro pequeño terminará viendo reforzada su conducta de tirar en el momento en el que el otro perro llega a su altura. Por tanto, esta vez, en vez del procedimiento parar-seguir, daremos un giro brusco de más de 180º cada vez que nuestro perro tire. Así, terminará encontrándose igualmente con el otro perro, pero será durante uno de los giros, cuando no sea él, sino la correa (nosotros) la que está controlando por dónde ir.Si somos constantes, no tendrá que pasar mucho tiempo para que nuestro perro pasee con nosotros sin tirar.Ahora que ya sabemos cómo acostumbrar a nuestro perro a la correa, y que no tire, estamos animados y y nos ponemos a ello. Pero nuestro cachorro nos tiene otra sorpresa guardada: de pronto se detiene y se tumba en el suelo negándose a avanzar. ¿Y ahora qué? La reacción más típica de los dueños es llamarle, e intentar incitarle de mil formas, a seguir andando.
Pero puesto que es un gesto rebelde por parte del perro, al hecho de tener que ir por donde la correa le lleva, con esto solo conseguiremos satisfacer su intento de llamar nuestra atención. Por tanto, deberemos tirar y seguir andando. Nuestro amigo no cederá en seguida, e insistirá en no moverse del sitio. Importante: sin mirarle ni decirle nada - con el fin de que no asocie esta situación negativamente - tiramos de él para seguir avanzando. No se trata de dar tirones, sino de un tirar continuo.
Para un aprendizaje efectivo, debemos tener cuidado que el collar esté bien colocado y no se le pueda salir. Pues si al tirar nosotros de un lado, y el perro de otro, se le saliera, nuestro pequeño vería premiada y reforzada su conducta al verse de pronto libre de toda atadura.Una vez más, si somos constantes y pacientes, el problema desaparecerá.Para terminar, quiero recalcar la importancia de ser constantes, pues sin constancia, tampoco hay coherencia. Confundimos al perro. Y éste, al ver que su comportamniento unas veces es aceptado y otras no, seguirá intentándolo para probar si "esta es una de esas veces que cuela". Si os conscienciáis de ésto, comprobaréis que no es nada difícil habituar a nuestro perro a que pasee sin tirar, y sin duda agradeceréis el resultado. Entradas relacionadas:
Mi perro muerde la correa
¿Cómo educar a mi Cachorro?
Cómo enseñar a mi perro a venir cuando le llamo
La Socialización de tu Cachorro; previniendo problemas futuros
Cómo acostumbrar a mi perro a estar solo
¿Por Qué Mi Perro Se Come Las Cacas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario