Cómo acostumbrar a mi perro a estar solo

Enseñar a un perro a estar solo sin que eso implique que ladre sin parar o nos destroce la casa, es fundamental para una buena convivencia. Por ello, cuanto antes empecemos, mejor..

Lo primero que has de hacer es mentalizarte de que no es un proceso inmediato, y que requerirá paciencia y constancia por parte de todos los habitantes de la casa. ¿Quién no ha sucumbido más de una vez a pegar un grito desde la otra habitación para que "se calle de una vez", o incluso pasar a regañarle? Pero ¡error! No creas que eso, ayuda. Todo lo contrario: él creerá que vuelves porque por fin ha conseguido llamar lo suficiente tu atención, para que le "hables" o vayas. Y dado su éxito, lo hará cada vez más. Es indiferente si el tipo de atención es una bronca, o un "venga, vente conmigo". En su soledad, no hace diferencia. Lo que le importa es obtener atención, del tipo que sea, y a toda costa.
Mentalizarte tú y todos los miembros de tu familia de esto, es primordial.

El siguiente paso es practicar: empieza dejando a tu perro solo, a ratitos cortos y varias veces al día, mientras estás en casa:
Sal de la habitación sin despedirte de él, y regresa casi al momento. Antes de abrir la puerta, fíjate en que en ese instante no esté llorando, ladrando ni arañando la puerta. ¡Esto es importantísimo!
Si no encuentras el momento adecuado para volver a entrar con tu perro en la habitación porque no deja de llorar o de ladrar, haz algún ruido que no relacione contigo - por ejemplo dar una palmada o dejar caer unas llaves - cualquier cosa que le haga callar aunque sea una décima de segundo. A continuación entra inmediatamente en la habitación. No le saludes. Ignórale. Ayúdale a desechar la idea de que tu presencia implica necesariamente atención inmediata.

Actuando como si nada, tanto al marcharte, como al volver a entrar, le ayudas a que consiga eliminar la sensación de estrés y abandono asociadas por naturaleza a las situaciones de soledad .
Pasado un rato, ya puedes saludarle. Pero no lo hagas de una manera efusiva. Queremos potenciar un estado relajado en él.

Con el paso de los días ve alargando el tiempo que le dejas solo. Incluso sal alguna vez al portal de casa para que piense que te has ido del todo. Recuerda que no debes abrir nunca cuando esté ladranado, llorando o arañando la puerta. Con este proceso, tu perro irá asumiendo tu ausencia cada vez mejor, y progresivamente dejará de generarle ansiedad.

Para finalizar, como último consejo, cuando te ausentes de casa para ir a trabajar, a la compra, etc no podemos evitar que el tiempo que nuestro perro estará solo sea mayor al que hasta ahora le hemos habituado. Por eso, ponle algo de comida justo antes de salir por la puerta para que, en vez de asociar tu marcha a la sensación de soledad, la relacione con algo positivo.
Para combatir el aburrimiento y prevenir destrozos, los juguetes rellenos de comida también son una muy buena opción.

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