domingo, 21 de diciembre de 2008

"Por Reyes me pido un Perro"

En estas fechas es con total seguridad cuando más animales de compañía se incorporan a un nuevo hogar. Con su llegada, la casa se llena de ilusión y alegrías, pues son infinitas las cosas que nos aportan en la convivencia: compañía, cariño, complicidad, ternura, juegos, risas...

Pero su integración en la familia también conlleva muchas responsabilidades. Responsabilidades que no siempre son tenidas en cuenta a la hora de su adquisición, desembocando en trágicos finales que elevaron en el año 2007 a más de 108.000 el número de perros, y más de 24.000 el número de gatos abandonados en nuestro país [1].

Así pues, si estás verdaderamente interesado en los animales y en su bienestar, tómate el tiempo que necesites para sopesar los pros y contras que su incorporación a tu familia supondrá. Tú mismo también lo agradecerás.

Diez Reglas y Consejos para tomar una Decisión Responsable:

 1.- Antes de hacerte con un animal de compañía, asegúrate de que éste se adapta a tu modo de vida actual y futuro:
Piensa que ese pequeño cachorrito que hoy tienes ante tí, va a crecer. Necesitará de tus cuidados y atenciones hoy, mañana,... hasta el final de su vida. En los momentos buenos, y también en los malos.
¿Estás pensando en cambiar de domicilio en un futuro próximo y no estás seguro de podértelo llevar? ¿Tu trabajo te exige viajar con frecuencia? Piénsalo bien porque los animales no solo necesitan nuestros cuidados; necesitan estabilidad.

2.- No compres nunca un animal de compañía por capricho.

3.- Asegúrate de que serás un dueño responsable.
¿Eres de los que piensan que es una pena no tener al menos una camada de tu mascota?
¿Crees que con una vuelta de 5 minutos dos o tres veces al día, tu perro va sobrado?
¿O que puedes sacarle a la calle sin correa porque siempre te obedece?
Si has respondido afirmativamente a cualquiera de estas preguntas, párate de nuevo a reflexionar porque aún vas mal encaminado.
Los animales necesitan de nuestro tiempo, de nuestros cuidados, protección y preocupación. Son merecedores de éstos desde el instante en que tomamos la decisión de llevárnoslo a casa. No son artículos de usar y tirar en el momento en que se nos plantea una dificultad, se comportan de un modo incorrecto, se hacen viejos o viven más tiempo del que dura su valor como "diversión".

4.- Asegúrate de que puedes permitirte el coste de mantener un animal de compañía antes de adquirirlo.
Pensar que el coste de una eventual compra y su alimentación son los únicos gastos que vas a tener, es una grave equivocación. Tu animal no solamente necesitará de una serie de cuidados rutinarios como vacunaciones y desparasitaciones regulares. Deberás contar además con gastos como el tratamiento de enfermedades que se le puedan presentar, una posible histerectomía o castración, o el adiestramiento a cargo de un profesional cualificado.
Pero has de saber también, que existen organismos de servicio público que por poco dinero procurarán que puedas tener ciertos tratamientos al día, como por ejemplo la vacuna de la rabia[2]. ¡No aprovecharse de estos programas cuando tienes la posibilidad es señal de irresponsabilidad, no de pobreza!

5.- Si no estás buscando un animal con fines de exhibición, piensa en la posibilidad de adoptarlo de un albergue.
Pero ten en cuenta que no todos están constituidos de igual forma: los más responsables harán todo lo que esté en sus manos para asegurarse de que el animal vaya destinado a una casa en la que en todo momento se le dedique el tiempo y los cuidados que necesite.
Se honesto contigo mismo: no le “concedas una oportunidad y esperes a ver lo que sucede”. Las personas que un día pensaron y actuaron de esta forma son los principales responsables de que hoy a los veterinarios se les solicite sacrificar a más mascotas por “causas conductuales” que por causas médicas. Este dato, es responsabilidad de nosotros los dueños, no de los animales.

6.- Si estás buscando un animal con fines de exhibición o existe la posibilidad de que algún día desees destinarlo a la reproducción, infórmate muy bien antes de comprarlo:
Puedes solicitar una lista de criadores de tu zona e información relacionada en las asociaciones de la raza.
Dar con un criador honrado es más importante de lo que parece. Puedes conseguir un animal con "pedigree" por 30€, o gastarte 3000. Pero el caso es que esto no es lo importante.
Lo que te has de preguntar es qué es lo que estás pagando con ese dinero: ¿Ha habido un correcto cuidado prenatal para la madre y un adecuado cuidado sanitario para los cachorros? ¿Viven en un lugar limpio, higiénico? ¿Han sido socializados correctamente? ¿Fueron los progenitores Campeones (documentados)? ¿Ganaron Campeonatos de Obediencia? ¡¿Están "limpios" de trastornos hereditarios?!
Estas cuestiones son mucho más importantes que si tiene o no “pedigree” o aquello de “¿cuánto vale?”

7.- No te conviertas en un criador “de patio trasero”.
La mayoría de las personas que cruzan a sus perras o gatas tienen buenas intenciones para los cachorros y mucha confianza en venderlos o colocarlos "bien". Pero la realidad es que es muy difícil encontrarles una buena casa: muchos propietarios terminan por cuidar a los pequeños bastante más tiempo del estimado. En raras ocasiones terminan haciendo un buen negocio, pues muchos al final, decepcionados y exhaustos, terminan regándolos a cualquier persona dispuesta a llevárselos. Así es como tantos animales acaban a cargo de personas poco comprometidas con ellos.
La mayoría de los animales criados de este modo, perderá su hogar una vez que crezca, cause cualquier molestia o simplemente cuando a su amo se le pase la emoción inicial de tener un cachorrito.
Los humanos somos directamente responsables de que tantos animales terminen muriendo abandonados en las carreteras o sacrificados en las perreras municipales. Ya es hora de que empecemos a demostrar más responsabilidad al respecto, ¡¿no os parece?!

8.- Si tienes la intención de comprar un animal de raza, consulta con el veterinario los posibles problemas hereditarios de la misma.
Un buen criador tampoco tendrá inconveniente en revisar contigo estos temas y, si es posible, te ofrecerá pruebas de que el linaje de sus animales está "limpio". Si más adelante hubiera algún problema, su manera de afrontarlo sería otro indicio de su fiabilidad.

9.- Inmediatamente después de adquirir un nuevo animal de compañía, llévalo a una revisión con el veterinario. [3]
Los cachorros necesitan una serie de vacunaciones cuando son jóvenes y posteriormente, todo los años, dosis periódicas de recuerdo.
En caso de que tu veterinario te lo recomiende, no te acobardes ante la idea de someter a tu animal a una ovario histerectomía o una castración. Dedicaré más adelante una entrada a este tema, pero de momento, piensa que en las hembras esta intervención reduce la probabilidad de cáncer de mama de un 25% en el caso de perras no esterilizadas después del cuarto celo (esto son 1 de cada 4), a un 0.05% en el caso de perras esterilizadas antes del primer celo.
Del mismo modo, los machos castrados tienen un riesgo considerablemente menor de desarrollar problemas de próstata en la madurez.

10.- Has tomado la decisión. Ahora estáis él y tú.
Y desde este momento pueden ocurrir dos cosas:
– Si haces lo posible por comprenderle y hacerte comprender informándote por Internet, en libros, aficionándote a programas de televisión,... a partir de hoy él será tu mejor amigo,... y también tú lo serás para él.
– Pero si lo dejas estar, pasarán los días, las semanas... Él aún con todo siempre será tu mejor amigo... pero tú para él, simplemente, el Único.

 

Tú juegas con ventaja porque serás tú quien elegirás de entre estas dos opciones.
Por ello, por él, piénsalo bien una vez más antes de llevártelo a casa.

[1] Fuente: Affinity   Volver al texto
[2] Véase por ejemplo el siguiente artículo informando sobre la puesta en marcha de la Campaña de Vacunación en la Comunidad de Madrid del presente año 2008. Volver al texto
[3] Enseña la cartilla de vacunación, que te habrán dado en el momento de la entrega del animal, pues contiene toda la información sobre su cuidado sanitario anterior. Según el origen del animal puede resultar útil llevar también una muestra de heces ya que no es raro encontrar en ellas parásitos como las lombrices, y que exigirán el diagnóstico y un tratamiento adecuados. Volver al texto

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