domingo, 3 de agosto de 2008

La Genética Canina aplicada a la Investigación de Enfermedades Humanas (1ª Parte)

En abril del año pasado se publicó en la prestigiosa revista Science, que la variación de un sólo gen es la responsable de determinar el tamaño de los perros, y que este descubrimiento puede ser un modelo de investigación para explicar las causas genéticas de rasgos morfológicos y de enfermedades como el cáncer en los humanos.

Los científicos estadounidenses que hicieron este hallazgo, basaron su estudio en unos mil perros de agua portugueses, una raza en la que los ejemplares pueden pesar de 11 a 34 kilos.

Tras comparar el ADN e identificar la zona del genoma canino que difiere entre pequeños y grandes perros, llegaron a la conclusión de que la clave de la diferencia de tamaños está en la mutación de un gen, el IGF1, que actúa sobre la producción de una hormona de crecimiento.

Continuando la investigación, hallaron que los perros caniches son más grandes cuando su sangre contiene más de esta hormona.
Es sabido que una versión defectuosa del gen IGF1 puede ocasionar también el pequeño tamaño de los ratones e incluso, en casos muy raros, en los humanos.

Para corroborar los datos obtenidos, una segunda etapa del estudio se centró en 3.241 perros de 143 razas distintas, desde las más pequeñas a las gigantes, entre ellas, Chihuahuas, Pequineses, Caniches, Fox Terriers, San Bernardos y Gran Daneses.

“Todos los perros que pesan menos de nueve kilos tienen la misma variación de este gen, es extraordinario”, se maravillaba Gordon Lark, un biólogo de la universidad de Utah, uno de los 21 coautores de la investigación.

“Es llamativo ver que una cantidad tan grande de razas de perros pequeños es producto de la mutación de un sólo gen (...) que afectó de manera constante el tamaño”, reveló por su parte Carlos Bustamante, profesor de biología de la universidad de Cornell, Nueva York, y coautor del trabajo.

La cría selectiva por parte del hombre generación tras generación, es la responsable de haber convertido al perro en el mamífero con mayor variedad de tamaños.

Según Bustamante, “esta investigación demuestra la utilidad del modelo de investigación genética del perro doméstico para descubrir genes que juegan roles clave” en los mamíferos.

“Al aprender cómo los genes controlan el tamaño en los perros, avanzamos en nuestra comprensión sobre la manera en la cual se programa genéticamente el tamaño en los humanos (...) pero también sobre los mecanismos de enfermedades como el cáncer”, sostiene Elaine Ostrander, una de las responsables del Instituto Nacional Estadunidense de Investigación sobre el Genoma Humano (NHGRI), que codirigió el estudio.

Subrayó así que el rol de la familia del gen IGF1 está bien establecido en el cáncer de próstata.

En trabajos de investigación posteriores se ha seguido comentando la posibilidad de aplicar conocimientos sobre el genoma canino al estudio de enfermedades en humanos.
Un ejemplo es un estudio llevado a cabo por un Equipo Internacional de Científicos publicado en la revista Nature Genetics. En este estudio se buscaba el origen del rasgo de cresta dorsal tan característico de los perros de las razas Rhodesian y Thai Ridgeback, y el gen causante de la capa blanca. Al finalizar, se explicó que ĺas herramientas utilizadas para encontrar los genes determinantes podrían acelerar el descubrimiento de genes vinculados a enfermedades en perros, muchas de las cuales afectan también a los humanos.

La Genética Canina aplicada a la Investigación de Enfermedades Humanas (2ª Parte)

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