A todos los amantes de los agapornis nos gusta que nuestra ave se sienta a gusto con nosotros. Que confíe en nosotros, se deje acariciar y tenga una buena calidad de vida, lo cual lleva implícito, que le podamos soltar libremente por casa. Sin embargo, esta confianza nos la tenemos que ir ganando poco a poco. Para ello os daré una serie de consejos.